Descubren que los peces salvajes pueden reconocer a humanos por su ropa
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Un estudio publicado en Biology Letters muestra que peces salvajes como el Saddled seabream y el Black seabream pueden distinguir entre personas basándose en el color de su vestimenta, lo que sugiere habilidades cognitivas más complejas de lo que se creía.
Investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal en Alemania descubrieron que peces salvajes en el mar Mediterráneo pueden reconocer a humanos individuales cuando estos usan ropa de diferentes colores. Según Maëlan Tomasek, autor principal del estudio, "los peces utilizan mecanismos visuales simples, como el reconocimiento de patrones o colores, para diferenciar a las personas".
En el experimento, un buceador entrenó a los peces durante 12 días, recompensándolos con comida si lo seguían. Luego, un segundo buceador, vestido de manera idéntica o con colores distintos, se unió a la prueba. Cuando los trajes eran diferentes, los peces seguían con más frecuencia al entrenador original, demostrando una capacidad de reconocimiento que mejoraba con el tiempo.
"En general, cuando usamos el mismo traje, no hay evidencia de que pudieran distinguirnos", explicó Tomasek en una entrevista. Sin embargo, cuando los colores variaban, los peces mostraron una clara preferencia por el entrenador, lo que sugiere que utilizan habilidades visuales innatas para identificar a las personas.
Implicaciones éticas y cognitivas
Este hallazgo no solo revela una capacidad cognitiva sorprendente en los peces, sino que también plantea preguntas sobre cómo los humanos interactúan con estas especies. "El hecho de que ellos puedan preocuparse por nosotros tal vez signifique que es hora de que nosotros nos preocupemos por ellos también", afirmó Tomasek, según reportó The Guardian.
El estudio sugiere que los peces, incluso en estado salvaje, tienen habilidades de reconocimiento más sofisticadas de lo que se pensaba, lo que podría cambiar la forma en que los tratamos, tanto en la pesca como en la conservación marina.
Con este avance, la ciencia nos recuerda que la inteligencia animal puede manifestarse de formas inesperadas, incluso en especies que a menudo subestimamos.