Estudio revela que la diversidad de lémures en Madagascar proviene de múltiples explosiones evolutivas y no de un solo evento

A diferencia de otros procesos evolutivos, en los que la formación acelerada de especies tiende a disminuir con el tiempo, los lémures mantuvieron un ritmo constante de diversificación. El estudio identificó picos de especiación hace entre 5 y 6 millones de años, coincidiendo con grandes transformaciones climáticas y geológicas en Madagascar que generaron nuevos hábitats y barreras naturales.
Un innovador estudio publicado en Nature Communications en 2025 replantea la historia evolutiva de los lémures, los emblemáticos primates de Madagascar.
A partir de un amplio análisis genómico —que incluyó el ADN de 129 individuos pertenecientes al 71% de las especies conocidas—, los científicos reconstruyeron el árbol evolutivo más completo hasta ahora del grupo, revelando que su actual diversidad no se originó en una sola radiación adaptativa, sino en múltiples explosiones de especiación a lo largo de millones de años.
A diferencia de otros procesos evolutivos, en los que la formación acelerada de especies tiende a disminuir con el tiempo, los lémures mantuvieron un ritmo constante de diversificación. El estudio identificó picos de especiación hace entre 5 y 6 millones de años, coincidiendo con grandes transformaciones climáticas y geológicas en Madagascar que generaron nuevos hábitats y barreras naturales.
Entre los resultados más notables, se observó que los géneros Microcebus, Lepilemur y Eulemur presentan tasas de diversificación significativamente mayores que sus parientes africanos y asiáticos, los lorisiformes. Mientras estos últimos generan en promedio 0,15 nuevas especies por millón de años, los lémures alcanzan una tasa de 0,44.
El estudio también destaca el papel de la hibridación genética —la mezcla entre especies— como un factor positivo en la evolución de los lémures. Lejos de limitar la diversidad, este intercambio genético ha actuado como un “combustible evolutivo”, facilitando la aparición de nuevas especies y fortaleciendo la adaptabilidad de ciertos grupos.
Más allá de su relevancia científica, los hallazgos tienen profundas implicancias para la conservación. Actualmente, el 95% de las especies de lémures están en peligro de extinción, y comprender cómo la mezcla genética y la diversificación influyen en su resiliencia podría orientar estrategias más eficaces de protección.
Según los autores, este modelo de “radiación constructiva” —donde la diversidad aumenta de manera sostenida gracias a nuevas oportunidades ambientales y genéticas— redefine la comprensión de la evolución en islas y ecosistemas fragmentados. Además, recalcan la necesidad de monitorear los flujos genéticos y proteger los linajes con mayor potencial adaptativo, para evitar la pérdida de una historia evolutiva única en el mundo.