Cuasicristal "eterno": La extraña forma de materia que la primera explosión nuclear del mundo creó


Científicos identificaron en restos de la prueba Trinity de 1945 un extraño material que desafía las leyes de la cristalografía y podría convertirse en una herramienta clave para rastrear pruebas nucleares clandestinas.
Hace ochenta años, el amanecer del desierto de Nuevo México se desgarró con la primera detonación nuclear de la historia. El 16 de julio de 1945, el Ejército de Estados Unidos hizo estallar "la Gadget", un artefacto de plutonio, en la prueba Trinity. La explosión, equivalente a 21 kilotones de TNT, vaporizó una torre de acero y kilómetros de cables, fundiendo arena y asfalto en un vidrio verde único: la trinitita.
Décadas después, científicos hallaron un secreto oculto en ese legado radioactivo. Analizando una rara variante rojiza de la trinitita –teñida por el cobre de los cables vaporizados–, un equipo liderado por el geólogo Luca Bindi descubrió algo excepcional: un cuasicristal. Este material, con una estructura atómica que desafía las reglas clásicas de la cristalografía, se consideró imposible hasta su descubrimiento teórico en 1984.
"Los cuasicristales se forman en entornos extremos que rara vez existen en la Tierra", explicó el geofísico Terry Wallace del Laboratorio Nacional de Los Álamos en 2021, según reportó Science Alert. "Requieren un evento traumático con un choque extremo, temperaturas altísimas y una presión tremenda". La prueba Trinity proporcionó precisamente esas condiciones inimaginables.
El diminuto grano, de apenas 20 caras y compuesto de silicio, cobre, calcio y hierro, poseía una simetría rotacional de cinco pliegues, imposible en cristales normales. Representa el cuasicristal antropogénico más antiguo conocido, una consecuencia no intencionada del desarrollo de armas nucleares.
Una huella eterna para la ciencia forense
Este hallazgo, publicado en PNAS, trasciende el interés geológico. Los científicos vislumbran aplicaciones cruciales en investigación nuclear forense. A diferencia de los residuos radiactivos o los gases que se descomponen, un cuasicristal formado en el sitio de una explosión nuclear podría darnos nueva información... y existirá para siempre.
"Comprender las armas nucleares de otros países requiere que tengamos un entendimiento claro de sus programas de pruebas nucleares", señaló Wallace.
El estudio de cuasicristales en otros sitios de pruebas podría revelar detalles sobre la composición y el diseño de armas nucleares, convirtiéndose en una herramienta vital para entender mejor pruebas nucleares ilícitas y frenar la proliferación. Además, sugiere que eventos naturales extremos, como impactos de meteoritos o rayos que forman fulguritas, podrían generar cuasicristales.