Descubren cómo el COVID-19 provoca daño orgánico y complica la salud a largo plazo


Una nueva investigación detalla los mecanismos que llevan al daño multisistémico y el COVID prolongado, señalando posibles vías para terapias futuras.
Un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences ha identificado cómo el COVID-19 desencadena un daño sistémico en casos graves y por qué algunos sobrevivientes experimentan complicaciones persistentes.
Liderado por Afshin Beheshti, de la Universidad de Pittsburgh, el equipo analizó muestras de pacientes y encontró que el virus interfiere con funciones clave en las mitocondrias, las encargadas de generar energía celular.
Estrés mitocondrial y activación inmunitaria descontrolada
El estrés mitocondrial activa el sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS), una red que regula la presión arterial. En el contexto de COVID-19 grave, esta activación descontrolada, combinada con una "tormenta de citoquinas", genera inflamación masiva que afecta órganos como el corazón, los pulmones y los riñones.
Daño multisistémico y nuevas preocupaciones
La investigación, que incluyó análisis de autopsias, reveló que esta inflamación puede causar insuficiencia cardíaca, fibrosis pulmonar y enfermedad renal crónica, condiciones asociadas al COVID prolongado.
Un hallazgo novedoso fue el daño significativo a los ganglios linfáticos, clave para la función inmunitaria, lo que podría explicar la disfunción prolongada en pacientes sobrevivientes y el aumento de casos de cáncer tras la pandemia.
“Abordar la sobreactivación de RAAS y apoyar la función mitocondrial podría ser crucial para desarrollar tratamientos efectivos”, afirmó Beheshti. Este estudio abre nuevas vías para comprender y mitigar los efectos graves y prolongados del COVID-19.