Tres cambios clave que podemos realizar en nuestra dieta para frenar el cambio climático

Futuro 360 10-09-2020
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Dos estudios publicados en la revista Nature demuestran cómo alterar nuestra dieta y abandonar el consumo de carne podría paliar las consecuencias del calentamiento global antropogénico rápidamente.


El cambio climático y su mitigación son dos grandes problemas que la humanidad aún no ha podido resolver. 

Para algunos, los pequeños gestos no hacen mucha diferencia con respecto al alza de los mares que el calentamiento global está provocando en el mundo. 

Sin embargo, en dos estudios publicados esta semana, científicos identifican tres formas clave de hacer algo para tener un impacto positivo sobre el cambio climático. 

Ambos trabajos indagan cómo los humanos hemos alterado el uso de la tierra, y qué cambios alimenticios podríamos realizar tanto en la agricultura, como en los sistemas de producción de comida y en nuestro comportamiento, que podrían ayudar a proteger el planeta. 

Los cambios que los científicos están llamando a hacer son:

  1. Producir e intercambiar alimento de forma eficiente y sustentable 
  2. Reducir el desperdicio de comida
  3. Seguir dietas más eco-amigables, lo que incluye dejar de comer tantos productos de origen animal 

Sin embargo cambiar nuestras dietas y sistemas hacia una alimentación más sustentable tomaría un gran esfuerzo, según los investigadores, y algunos deberían trabajar más que otros, ya que las personas que viven en países acomodados pueden realizar más cambios, sin la necesidad de poner en riesgo su salud.

Comer diferente

Ambos estudios enfrentan las formas en que las personas pueden cambiar su dieta para beneficiar al medio ambiente. Una de las investigaciones, publicada en Nature Sustainability, indagó en cómo las industrias alimenticias están cambiando el clima. 

Los autores del estudio descubrieron que los alimentos que provienen de animales utilizan el 83% de la tierra agrícola del planeta. A la larga, todo ese territorio se resta de los bosques y áreas de vegetación natural que absorben CO2.  

Para resolver este problema, los investigadores sugirieron comenzar a consumir proteínas en base a plantas – frijoles, frutos secos y lentejas – en reemplazo de la carne y los lácteos, como una forma de cuidar los bosques, los cuales son literalmente los pulmones de nuestro planeta.

Solo este cambio podría teóricamente quitar 16 años de emisiones de carbono producidas por combustibles fósiles de la atmósfera. 

Los investigadores, además, sugirieron ideas sobre qué países deberían realizar los cambios más drásticos. 

“El potencial más grande para la reforestación, y los beneficios climáticos que trae, existe en los países de ingresos medios altos y altos; lugares donde disminuir la cantidad de tierra utilizada para la carne y los lácteos podría tener impactos relativamente menores para la seguridad alimentaria”, aseguró Matthew Hayek, investigador de la Universidad de Nueva York y principal autor del textoInverse

El segundo el estudio, publicado en Naturetambién afirmó que necesitamos cambios en nuestra dieta. En éste, los investigadores se enfocaron la biodiversidad. 

Desde que los humanos han entrado en la naturaleza, las especies han sufrido: desde 1970, las poblaciones de vida salvaje han caído en un promedio de 2/3, según reportaron los autores pertenecientes a la WWF. 

El reporte usa modelos computacionales para demostrar que gran parte de la biodiversidad del mundo está en declive por culpa de las acciones humanas, y que si no actuamos rápidamente la situación podría empeorar. 

Además de cambiar lo que comemos, reducir el desperdicio de comida y cambiar la forma en que la comida es producida y tratada es importante para la conservación, argumentan los investigadores.