Del olvido a la supervivencia: La inspiradora historia del Takahē, el ave que desafío la extinción en Nueva Zelanda

Isabel Hodge 20-09-2023
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El Departamento de Conservación (DOC) de Nueva Zelanda ha tomado una serie de medidas para mejorar el entorno de estos animales, incluyendo la creación de santuarios para su reintroducción.


Durante décadas, la historia del takahē, un ave nativa de la Isla Sur de Nueva Zelanda, parecía tener un destino trágico.

Expertos creían que esta especie, también conocida como calamón takahe (Porphyrio hochstetteri), había desaparecido por completo. Sin embargo, la naturaleza tenía una sorpresa guardada, y el takahē demostró ser mucho más resistente de lo que se creía.

Estas aves no voladoras tienen aproximadamente 50 centímetros de longitud y su población es sumamente reducida, con alrededor de 500 individuos, cada uno con su propio nombre. Esto las sitúa en peligro de extinción, aunque esta situación representa un avance en comparación con décadas atrás, cuando se daba por extinta.

El takahē es un pariente lejano de las grullas, y a pesar de su parecido con el kiwi, el ave nacional de Nueva Zelanda, no comparten una relación taxonómica cercana.

La historia del takahē comenzó hace 125 años, en 1898, cuando exploradores europeos lo redescubrieron en Nueva Zelanda, donde la población maorí ya lo conocía. Sin embargo, el momento crucial llegó en 1948, cuando este “ave fénix” resurgió en su hábitat original.

¿Cómo se logró este resurgimiento?

La intervención humana fue clave. El Departamento de Conservación (DOC) de Nueva Zelanda emprendió acciones para mejorar el entorno de los takahē, incluyendo la creación de santuarios para su reintroducción.

Para proteger los huevos y las crías de takahē, los conservacionistas recolectaron huevos y los incubaron en entornos controlados. Las crías se mantuvieron en cautiverio hasta que pudieron valerse por sí mismas.

Actualmente, se lleva a cabo la cría en cautiverio y la liberación periódica de estas aves, la más reciente ocurrió en agosto de este año.

Otra medida crucial ha sido la eliminación de plagas y especies invasoras, como armiños, hurones y gatos comunes, que representan una amenaza para la fauna local. Los conservacionistas han estado atrapando a estos depredadores para reducir su impacto en la fauna local.

Aunque estas estrategias parecen estar funcionando, la cautela es esencial, ya que la población de takahē sigue siendo pequeña, con alrededor de 500 individuos distribuidos en su hábitat. La historia del takahē es un recordatorio de que, a veces, la naturaleza nos sorprende con resiliencia y determinación, y que la colaboración entre humanos y la preservación del entorno son fundamentales para proteger las especies en peligro de extinción.