¿Por qué las hormigas muerden tan fuerte? Un metal que recubre sus dientes sería la respuesta

Isabel Hodge 07-09-2021
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Un equipo logró descubrir esta increíble cualidad luego de observar los dientes de las hormigas a una escala atómica. El hallazgo entrega nuevos conocimientos para comprender cómo los artrópodos han podido desarrollar una mandíbula o extremidades tan poderosas.


Si alguna vez te ha mordido una hormiga, ya estás familiarizado con ese fuerte pinchazo que se siente en la piel, el cual te deja un poco adormilado o con una extraña sensación.

Bueno, ahora científicos han descubierto que las hormigas, y otros artrópodos pequeños, tienen una peculiar capacidad de agregar átomos de zinc de manera uniforme en sus dientes.

Este increíble descubrimiento nos puede entregar respuestas sobre cómo las termitas y las hormigas son capaces de masticar materiales fuertes como la madera.

El equipo señala que ya se conocía que sus mandíbulas eran duras, esto porque están hechas en base a una combinación de proteínas y el polímero de polisacárido quitina, pero no creían que fueran tan fuertes para poseer un metal en ellos.

La quitina está reticulada por enlaces de hidrógeno para producir microfibrillas de quitina. Al ser combinada con carbono de calcio, forma materiales aún más duros, como las conchas de las langostas y cangrejos.

El equipo de investigadores de la Universidad de Oregon, en Estados Unidos, observó los dientes de las hormigas en una escala atómica. Esto significó que:

  • Las muestras fueron recolectadas con un microscopio de haz de iones para luego ser sometidas a láseres o pulsos de alto voltaje, lo que terminó por evaporar los átomos de la superficie.
  • Posterior a ello, produjeron imágenes en 3D junto con una medición de la composición química de los dientes a una escala aproximada a una décima parte de un nanómetro.

Luego de cumplir todos esos pasos, el equipo logró mapear los átomos individuales de un diente de hormiga, donde descubrieron la presencia del zinc distribuido de manera uniforme.

Esto provoca que los dientes sean mucho más afilados, permitiendo que una hormiga pueda perforar los materiales utilizando el 60% menos de la fuerza que requieren los dientes humanos.

La investigación, publicada en Scientific Reports, entrega nuevos conocimientos sobre cómo los artrópodos, crustáceos, gusanos y otras criaturas han podido desarrollar una mandíbula o extremidades tan poderosas.