Científicas chilenas indagan el potencial de los desechos agroindustriales para prevenir enfermedades neurodegenerativas
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Residuos de cebollas, olivas y manzanas, entre otros, están siendo estudiados por un grupo de científicas chilenas de Santiago y Talca que buscan componentes que podrían prevenir enfermedades como el alzheimer.
En Chile se generan alrededor de 1,7 millones de toneladas de residuos agroindustriales sólidos, y cerca de 7 millones de metros cúbicos de residuos líquidos. ¿Se podrían revalorizar estos desechos? Un grupo de destacadas científicas de Talca y Santiago decidió idear un innovador proyecto sobre ello.
Gracias a una alianza de colaboración entre el Centro Internacional de Biomedicina (ICC) y el Centro de Estudios de Alimentos Procesados (CEAP), la apuesta es conseguir que el hidroxitirosol y quercetina, que están presentes en residuos y/o subproductos provenientes de la producción de aceite de oliva (alperujo) y el subproducto de la producción de manzanas (deshidratadas y pulpa), puedan ser convertidos en nutracéuticos, productos naturales con acciones preventivas para el tratamiento de enfermedades crónicas.
“Con ambos compuestos se han generado extractos enriquecidos, y se proyecta que estos posean alta bioactividad en los modelos de estudio enfocados en la enfermedad del Alzheimer (EA). Dada la actividad antioxidante, antiinflamatoria y neuroprotectora de los compuestos esperamos conseguir productos con igual o mayor valor”, aseguró la Dra. Camila Calfío, directora de Proyectos en ICC.
De acuerdo a la experta, la causa fundamental de la EA es la neuroinflamación, la que promueve un proceso que conduce a la hiperfosforilación patológica de la proteína TAU y por ende al desarrollo de esta patología.
Camila Calfio Painemal, PhD. es Biotecnóloga, líder de la unidad de Nutraceúticos del Centro Internacional de Biomedicina ICC (©Alvaro de la Fuente/DialogoProd)
La idea se materializó a través de un proyecto FIC de la Región del Maule y se comenzó a ejecutar en enero de 2022. Ambos centros buscan desarrollar una nueva fórmula con efectos neuroprotectores y capacidad antiagregante de la proteína TAU, seguro para su consumo y eficaz para la prevención de EA.
“Sabemos que algunos subproductos agroindustriales son una fuente inagotable de compuestos bioactivos, y desde esa lógica queremos aprovecharlos de modo de darles un valor, pero también de contribuir a la salud”, indicó la directora del proyecto Bárbara Arévalo, investigadora del CEAP.