Científicos de 27 países del mundo se toman las calles por el cambio climático
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Cientos de activistas de La Rebelión Científica (Scientist Rebellion) llevaron a cabo acciones disruptivas de desobediencia focalizándose en las instituciones científicas y gubernamentales en todos los continentes.
La mayor campaña de desobediencia civil de la comunidad científica de la historia empezó a principios de abril. “1,5ªC ha fracasado, revolución climática ya!”, es el lema central del movimiento.
Cientos de activistas de La Rebelión Científica (Scientist Rebellion) llevaron a cabo acciones disruptivas de desobediencia focalizándose en las instituciones científicas y gubernamentales en más de 25 países, en todos los continentes desde el 4 al 9 de abril.
“Tenemos que comprender las consecuencias de nuestra inacción y también limitar lo más posible y lo antes posible las emisiones de combustibles fósiles. Como científicos/as tendemos a ser reacios/as al riesgo”, señaló la climatóloga Dra. Rose Abramoff en un comunicado.
El punto de partida no se escogió al azar ya que fue el día que el informe del IPCC, el panel de especialistas en cambio climático, presentó su informe sobre cómo mitigar las emisiones de dióxido de carbono.
Las acciones se llevaron a cabo en Italia (Roma, Turín, Venecia), Dinamarca (Copenhague), España (Madrid), Reino Unido (Londres), Alemania (Berlín), Países Bajos (La Haya), Portugal (Lisboa), Suiza (Berna ), Ruanda (Muanga), Sierra Leona, Colombia (Bogotá), Panamá, Ecuador (Quito), Estados Unidos (Washington DC, Los Ángeles, Portland, Nueva York) y Malawi (Lilongwe), entre otros.
Por su parte, el profesor Jorge Riechmann, un sociólogo de España sostiene asimismo que “estamos viviendo una situación histórica absolutamente excepcional, en términos no ya de historia de nuestras universidades, nuestras ciudades o nuestros países, sino de historia de la especie humana y el planeta Tierra”.
Este movimiento formado por personas pertenecientes a la comunidad científica y académica nació en 2020 para hacer activismo climático e instar a los gobiernos y la sociedad a dejar de ignorar los hallazgos colectivos de décadas de investigación.