El cabello humano sería una gran ayuda para cultivar vegetales hidropónicos
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Según un estudio científico, un gramo de cabello puede llegar a producir tres bloques y medio de crecimiento de vegetales, lo cual lo convertiría en una innovadora herramienta para la agricultura.
A diferencia de la tradicional, la agricultura hidropónica requiere menos espacio, menos agua y no necesita suelo para su crecimiento. Si bien gracias a todo lo anterior es más amigable con el medio ambiente, un problema es que los alimentos cultivados hidropónicamente crecen mucho menos que los tradicionales.
Para solucionar esta problemática, científicos de la Universidad Tecnológica de Nanyang, en Singapur, pusieron sus ojos en el cabello humano, el que posee grandes cantidades de la proteína queratina, formada por aminoácidos que impulsan el crecimiento.
Para comprobar su eficacia, utilizaron restos de cabello cortado en peluquerías y extrajeron la queratina para luego mezclarla con celulosa derivada de la pulpa de madera para fortalecerla.
Una vez seca, esta mezcla deja como remanente un material esponjoso que no solo estimula el crecimiento de las plantas, sino que gracias a su porosa estructura, resulta completamente efectivo para atraer y retener la solución nutritiva a base de agua que se aplica en las instalaciones hidropónicas.
La investigación, publicada en ACS Sustainable Chemistry & Engineering, detalla que esta esponja es capaz de contener 40 veces su propio peso en agua, cifra similar a la capacidad de los medios de cultivos comerciales que existen hoy en día.
Este producto es biodegradable entre cuatro a ocho semanas, lo cual lo convierte en un gran fertilizante para las plantas.
Debido a que la queratina se puede extraer de varios desechos agrícolas, el equipo dice que representa una importante estrategia para reciclar los desechos agrícolas como parte de una industria sostenible.
“Además del cabello, la ganadería produce grandes cantidades de queratina como desechos biológicos, ya que se encuentra abundantemente en la lana, los cuernos, las pezuñas y las plumas“, detallan los expertos.