¿Tu intestino puede salvarnos del calentamiento global?
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Hay bacterias dentro de tí. Una de ellas se llama Escherichia Coli y tiene la capacidad de absorber gases de efecto invernadero.
Resulta extraño leer esta nota, pensando que dentro de tu intestino habita lo que en el futuro, podría ser uno de los mejores aliados, frente a la lucha por la actual crisis climática.
Ocurre que científicos israelitas lograron modificar genéticamente una bacteria que en vez de consumir azúcar, tiene la capacidad de capturar el dañino CO2 que está atacando a nuestra atmósfera.
Se trata de la investigación liderada por Ron Milo, de 44 años, quien logró comprobar la capacidad del microorganismo Escherichia coli al realizar trabajos bajo biología molecular.
Milo logró que modificara su función “natural” para lograr que ésta logre retener gas de efecto invernadero de manera considerable. “Creemos que este avance podría allanar el camino hacia la producción industrial de alimentos y combustibles renovables”, aseguró el académico israelí.
“Permite que este gas entre de forma efectiva al ciclo del carbono. Allí se puede hacer una suerte de reciclaje, evitando que llegue a la atmósfera”. Es la explicación en términos simples del profesor asociado del Instituto de Biología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Jorge Olivares.
Nivel crítico
El informe de brecha de emisiones de CO2 entregado por la ONU durante esta semana fue categórico al señalar que “el mundo debe quintuplicar sus esfuerzos para cumplir el acuerdo de París”. Esta tarea tiene como objetivo no llegar a los 1,5 grados de temperatura del planeta para el año 2030. Una misión que con las cifras entregadas por el organismo internacional, parece estar lejos de alcanzar.
“Esta nueva forma de pensar puede ser un aporte significativo en torno a posibles vías para aminorar este impacto del cambio climático”. Esa es la visión del profesor Manuel Leiva, director del departamento de Química de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Si bien es un hecho científico en etapa inicial, sus desarrolladores han asegurado que la bacteria sería extraída de nuestro organismo para ser trabajada en bancos de batería, fomentando su reproducción y focalizándose para la tarea de capturar gas contaminante de forma continua.