Biodiversidad y pandemias: 5 lecciones claves para seguir habitando este planeta
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Somos testigos privilegiados de la irrupción humana en el mundo animal y la propagación de los virus. Tanto la pandemia como la emergencia climática no tienen frontera. Por eso necesitamos acuerdos internacionales para enfrentarlas. Pero ojo, también requiere del aporte que cada uno de nosotros pueda efectuar. Aquí te contamos por qué.
La vida humana en el planeta está en jaque. No solo por la pandemia de coronavirus. El cambio climático y la extinción de otras especies, amenaza también nuestra existencia. Es algo que solíamos ver lejano, pero el COVID-19 nos enrostra los peligros de nuestro daño a ecosistemas naturales. Una acción que, por años, ha propiciado otro grave problema: la actual crisis climática.
La biodiversidad, necesita ser protegida si es que queremos seguir existiendo en el planeta. Por ello cada 22 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica o Día de la Biodiversidad. La Asamblea General de las Naciones Unidas lo hizo oficial hace 20 atrás. Emitió la resolución 55/201 con el fin de crear conciencia en la población y los gobiernos sobre la importancia de proteger la vida en la Tierra.
Porque pareciera que, producto de la crisis sanitaria, nos hemos olvidado del daño ambiental que registra nuestro único hogar y poco se habla de la relación que tiene el virus con la falta de políticas sólidas para proteger la biodiversidad.
A continuación, te dejamos cinco lecciones sobre biodiversidad y pandemias que debemos conocer:
La pérdida de biodiversidad y el cambio climático, favorecen la aparición y propagación de pandemias. A lo largo de las cuatro últimas décadas, más del 70% de las infecciones emergentes ha sido por zoonosis, es decir, enfermedades infecciosas animales, transmisibles al ser humano. En pocas palabras, estas enfermedades incluyen un único huésped y agente infeccioso. Sin embargo, es frecuente que haya varias especies implicadas, lo que significa que los cambios en la biodiversidad tienen el potencial de modificar los riesgos de exposición a estas enfermedades infecciosas ligadas con especies y plantas. Lee más…
Nuestra “invasión” en ecosistemas naturales, nos deja consecuencias como las que hoy sufrimos. Hay que repensar la irrupción de hábitats y cómo traspasamos ciertos límites como el consumir ciertos animales silvestres, que aumentan las posibilidades de un intercambio de patógenos, que finalmente nos hacen daño. “El desarrollo industrial, la deforestación o la expansión urbana, invaden muchas veces el hábitat de la vida silvestre y eso hace que esta se encuentre confinada en pequeños fragmentos. Allí podrían generarse brotes tan devastadores como el que estamos viendo ahora”, explicó María José Martínez, investigadora del CAPES de la Universidad Católica, en entrevista con CNN Chile.
Preservar especies es evitar brotes como el COVID-19. “Ya desde el año 2017, ha quedado demostrado que la herramienta más costo-efectiva para poder favorecer la mitigación y adaptación al cambio climático, es el cuidado, restauración y promoción de la biodiversidad en todos sus componentes“, dijo en CNN Chile la bióloga y ecóloga chilena Bárbara Saavedra, directora de Wildlife Conservation Society (WCS) en Chile.
Los análisis estadísticos sugieren que los esfuerzos de vigilancia para la próxima pandemia deben mirar más allá de los mamíferos voladores. Los murciélagos y los roedores se consideran reservorios virales de alto riesgo. Una fuente de enfermedades que pueden saltar a los humanos y, a veces, provocar contagios masivos. Pero un nuevo análisis, sugiere que los murciélagos y los roedores son “excepcionales” en su propensión a hospedar virus que infectan a los humanos. Debemos estar atentos a nuevos focos de transmisión animal. Lee más…
Si nuestra propia acción a través de la caza furtiva ya los tenía bajo amenaza, el coronavirus los acerca aún más hacia una eventual y dramática extinción. Los grandes simios están en peligro. A eso debemos añadir la destrucción de sus hábitats producto de la deforestación. “Para especies con números bajos como el orangután de Tapanuli, la propagación del virus podría acercarlos aún más a la extinción “, asegura Serge Wich, docente de la Universidad John Moores de Liverpool, Reino Unido. Lee más…