Deinosuchus: el colosal depredador prehistórico que reescribe la historia de los cocodrilos


Nuevas investigaciones revelan que este monstruo de 8 metros, capaz de cazar dinosaurios, desarrolló una adaptación única que le permitió dominar los ecosistemas del Cretácico.
(CNN) - Hace 75 millones de años, los humedales de América del Norte temblaban ante la presencia del Deinosuchus, un reptil prehistórico cuyos dientes del tamaño de plátanos y ocho metros de longitud lo convertían en el depredador supremo de su era. Un estudio publicado en Communications Biology desvela ahora el secreto de su éxito evolutivo: unas glándulas especiales que le permitían tolerar el agua salada, una característica que sus supuestos parientes, los caimanes modernos, perdieron con el tiempo.
Un superdepredador con pasaporte marino
El equipo del Dr. Márton Rabi de la Universidad de Tubinga resolvió un misterio que intrigaba a los paleontólogos: cómo este gigante logró expandirse por ambos lados del Mar Interior Occidental, que dividía Norteamérica durante el Cretácico. La clave estuvo en su capacidad para cruzar ambientes salinos, una ventaja que le permitió acceder a territorios inalcanzables para otros reptiles contemporáneos.
Marcas de mordidas fosilizadas en huesos de dinosaurios confirman que el Deinosuchus no solo era un carroñero oportunista, sino un cazador activo capaz de derribar presas masivas. Su cráneo, con una protuberancia bulbosa única, y su tamaño descomunal lo convertían en el terror de los humedales prehistóricos. "Era un animal absolutamente monstruoso", afirma Rabi. "Ninguna criatura estaba a salvo en su territorio".
Revolución en el árbol genealógico
Durante décadas se clasificó erróneamente al Deinosuchus como pariente de los caimanes. La nueva investigación, que combina análisis fósiles con datos genéticos de especies modernas, revela que pertenecía a una rama evolutiva distinta. Los primeros caimanes eran significativamente más pequeños y solo desarrollaron su tamaño actual después de que la extinción eliminara a sus competidores.
Este descubrimiento no solo corrige un error taxonómico centenario, sino que ofrece pistas cruciales sobre la resiliencia climática de los cocodrilianos. Mientras muchas especies sucumbieron a los cambios ambientales, los ancestros de los cocodrilos modernos sobrevivieron gracias a adaptaciones como la tolerancia a la salinidad.
Lecciones para el presente
El caso del Deinosuchus demuestra cómo la flexibilidad ecológica determina el éxito evolutivo, una lección relevante en nuestra era de cambio climático. Como señala la Dra. Evon Hekkala de la Universidad Fordham, "esta reevaluación nos ayuda a entender mejor la extraordinaria capacidad de adaptación de estos reptiles, tanto extintos como modernos".
Mientras los científicos continúan desentrañando los secretos de este coloso prehistórico, una cosa queda clara: el Deinosuchus no fue simplemente un "gran caimán", sino un depredador único que escribió su propio capítulo en la historia de la vida en la Tierra.