Ocho patas en órbita: Astronautas experimentan con arañas al interior de la Estación Espacial Internacional

Futuro 360 11-12-2020
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Luego de un fallido intento de probar la habilidad de los arácnidos para construir sus telas en condiciones de baja gravedad, expertos fueron capaces de confirmar que en ambientes fuera de la Tierra, estas criaturas se guían por la luz para fabricar sus redes.


En una inusual serie de experimentos, científicos de la Estación Espacial Internacional (ISS), criaron arañas vivas a bordo de la nave, para estudiar cómo los arácnidos construyen sus redes en ambientes con microgravedad.

La investigación resultante, publicada en The Science of Nature, muestra que la falta de gravedad provoca que las arañas orienten sus redes cerca de fuentes de luz. 

Pero ¿por qué las mentes más brillantes de la investigaciones espacial decidieron llevar arañas vivas a la órbita del planeta? 

Sorprendentemente, esta no sería la primera vez que la NASA trata de llevar a cabo experimentos con arácnidos en el espacio. Sin embargo, la vez anterior (la cual se llevó a cabo en 2008) fue un desastre.

Dicha investigación nunca fue publicada ya que las arañas se escaparon de sus celdas individuales formando comunidades, construyendo telas conjuntas, y disminuyendo su capacidad de caza.

Esto provocó que las poblaciones de moscas que los astronautas llevaron a la órbita se reprodujeran en exceso, saliéndose de control y llenando tanto el tanque donde se encontraban las arañas que taparon la visión de los científicos. 

La nueva publicación se basa en un estudio que se viene realizando desde el 2011 y que ha mostrado ser bastante exitoso. 

El estudio sugiere que las arañas construyen sus redes no sólo guiándose por la gravedad terrestre, sino que también por el Sol. Además, en ambientes de “microgravedad”, las telas de araña mostraron ser más simétricas – lo que los expertos sospechan, sirve para crear estructuras más sólidas. 

“Que las arañas tengan un sistema de orientación de reserva es bastante sorprendente. Sobre todo considerando que nunca se han visto expuestas a la microgravedad durante su historia evolutiva”, aseguró el coautor del estudio Samuel Zschokke, en un comunicado de prensa, según reportó Futurism