Investigación indica que la humanidad se propagó por el planeta gracias al polvo
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Un estudio publicado en Geology demostró la importancia que tuvo un tipo de sedimento llamado loess, el cual fue el responsable de que el puente entre África y Eurasia se volviera fértil, formando una verdadera cuna para las primeras civilizaciones.
La propagación de los humanos hacia el exterior de África a través del Medio Oriente podría haber sido potenciada por una sustancia bastante común: el polvo.
Más específicamente, el limoso sedimento conocido como loess parece haber jugado un papel crucial en hacer del Levante Meridional, ubicado en la costa este del Mediterráneo, un corredor fértil y habitable de tierra para que nuestros ancestros viajaran.
Si esta región no se hubiera desarrollara como lo hizo, les hubiera costado mucho más a los seres humanos llegar hasta Eurasia a través de este recorrido, según afirman los investigadores.
Hay una razón para para que el largo territorio que se extiende de Egipto hasta Iraq se conozca como la como la “Creciente Fértil”, como se ilustra en la siguiente imagen.
“Las altas cantidades de limo grueso depositados en el sector contribuyeron a una agricultura única y sustentable al sur del Levante, lo cual asistió en la transformación del paisaje en la ‘tierra de la leche y miel’ y una cuna para las civilizaciones“, aseguraron los investigadores a ScienceAlert.
La nueva investigación entrega muchos hallazgos que desafían la hipótesis actual de por qué las regiones que rodean al Mediterráneo varían tanto en términos de tipos de suelo.
Mientras que un suelo fértil y espeso generalmente se desarrolla en climas mojados y húmedos, y un suelo más delgado en áreas más secas, en esta parte del mundo ocurre lo contrario.
Algunos expertos aseguran que esto se produjo por la erosión y actividad humana, pero el nuevo estudio sugiere que el factor secreto fue la propagación de loess, lo que puede hacer que los suelos se vuelvan más gruesos en las regiones donde el calor no transforma al sedimento en tierra lo suficientemente rápido.
Una extensiva colección de muestras recolectadas de estas regiones demuestran que los lugares con suelos delgados no recibieron suficiente loess como para formar territorios suficientemente fértiles como para permitir la agricultura.
El loess pudo haber comenzado a acumularse durante el Pleistoceno, alrededor de 180.000 años atrás, sugiere la investigación, y se produjo probablemente cuando los ancestrales glaciares del sector formaron el sedimento del sector.
La investigación fue publicada en Geology.