Cuatro gorilas rescatadas del tráfico ilegal se integran con éxito a grupo salvaje en el Congo


El mayor proyecto de reintroducción de gorilas orientales de tierras bajas logró en meses lo que normalmente tomaría años, revitalizando una población al borde de la extinción.
(CNN) - Cuatro gorilas hembras —Isangi, Lulingu, Mapendo y Ndjingala— rescatadas del comercio ilegal completaron con éxito su transición a la vida salvaje en el Parque Nacional Virunga, República Democrática del Congo. Las primatas, rehabilitadas durante años en el centro GRACE, se integraron en solo dos meses a un grupo liderado por el espalda plateada Mwasa, marcando un hito en la conservación de esta subespecie en peligro crítico.
Una adaptación sin precedentes
El proceso, supervisado por el equipo de GRACE, sorprendió por su rapidez. "Mwasa las cortejó persistentemente a través de la cerca del recinto de adaptación hasta que decidimos liberarlas", explicó Katie Fawcett, directora del proyecto. Las cámaras trampa confirmaron que las gorilas adoptaron una dieta salvaje de bambú y plantas nativas, mientras registros no invasivos mostraron signos de apareamiento con el macho dominante, lo que genera esperanzas de nuevos nacimientos.
Este logro adquiere especial relevancia en un contexto donde solo quedan 6,800 gorilas de Grauer en libertad, víctimas de la caza furtiva y la pérdida de hábitat. La profesora Liz Williamson de la Universidad de Stirling destacó que "esta intervención salvó una población genéticamente aislada" en el monte Tshiaberimu. El éxito contrasta con intentos anteriores donde gorilas mal preparados murieron poco después de su liberación.
El proyecto enfrentó desafíos únicos en Virunga, parque que perdió más de 200 guardabosques en conflictos armados. Jackson Kabuyaya Mbeke, director local de GRACE, enfatizó que la colaboración con comunidades locales fue clave: "Los gorilas son parte de nuestra identidad". Aunque celebran el triunfo, los conservacionistas advierten que la supervivencia a largo plazo depende de proteger los bosques tropicales del este del Congo, amenazados por la minería ilegal y la expansión agrícola. Para Fawcett, este caso demuestra que "con metodología científica y participación comunitaria, aún podemos revertir trayectorias de extinción".