Crisis global: 1.400 millones en riesgo por tierras agrícolas contaminadas con metales tóxicos

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José Ferrada 21-04-2025

Un estudio revela que hasta el 17% de las tierras cultivables del mundo contienen metales pesados peligrosos, amenazando la salud pública y la seguridad alimentaria, especialmente en Asia y África.


Un estudio publicado en Science por la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS) expone una crisis ambiental oculta: 242 millones de hectáreas de tierras agrícolas (14-17% del total global) están contaminadas con metales pesados tóxicos como cadmio, arsénico y plomo. Los investigadores estiman que 1.400 millones de personas viven en zonas de alto riesgo, principalmente en el sur y este de Asia, Medio Oriente y África.


Una amenaza persistente para la salud global


El análisis, que combinó datos de 1.000 estudios con inteligencia artificial, reveló que estos metales permanecen décadas en el suelo, contaminando cultivos, agua y ganado. "Estos tóxicos causan cáncer, daño neurológico y fallas orgánicas", alertó la Dra. Liz Rylott de la Universidad de York. El cadmio emergió como el contaminante más extendido, con niveles que superan los umbrales de seguridad en múltiples regiones.


La situación podría empeorar con la creciente demanda de metales para tecnologías verdes. La transición energética, aunque necesaria, agravará este problema si no implementamos prácticas mineras responsables, advirtió Rylott, según reportó The Guardian.


Cooperación internacional urgente


La contaminación afecta desproporcionadamente a países de ingresos bajos y medios. Expertos destacan la necesidad de un monitoreo global de suelos contaminados, el desarrollo de cultivos resistentes que no absorban metales, y una acción coordinada entre naciones. "Esta crisis no respeta fronteras", subrayó Rylott.


Mientras la ONU desarrolla directrices, el estudio sirve como llamado urgente a abordar esta amenaza silenciosa que compromete la salud pública y el futuro de la agricultura global. La solución requerirá inversión en investigación y políticas preventivas para proteger las cadenas alimentarias mundiales.