Científicos revelan el sorprendente origen de la papa: Un cruce fortuito entre un tomate ancestral y una planta chilena


Un estudio genético publicado en Cell descubrió que la papa moderna surgió hace millones de años por la hibridación natural de dos especies vegetales, un hallazgo clave para mejorar cultivos frente al cambio climático.
(CNN) - La humilde papa, alimento esencial para la humanidad, tuvo un origen inesperado: nació del cruce fortuito entre un antepasado del tomate y una planta silvestre andina hace 9 millones de años. Así lo determinó un equipo internacional de científicos tras analizar 450 genomas de papas cultivadas y salvajes, según un estudio publicado en la revista Cell.
Un encuentro clave en la evolución
La investigación reveló que un ancestro del tomate se hibridó con una planta llamada Etuberosum, que crece en remotas regiones de Chile. Aunque ninguna de las dos producía tubérculos, su combinación genética activó genes clave que permitieron a la papa almacenar nutrientes bajo tierra. Este rasgo fue decisivo para su supervivencia en los fríos y hostiles Andes, donde se domesticó hace 10.000 años.
"Evolucionar un tubérculo le dio a las papas una ventaja en entornos adversos", explicó Sanwen Huang, autor principal del estudio y científico de la Academia China de Ciencias Agrícolas. El hallazgo resuelve un misterio centenario y abre puertas para desarrollar variedades más resistentes a enfermedades y climas extremos.
Implicaciones para el futuro alimentario
Actualmente, la papa es el tercer cultivo más importante del mundo, vital para la seguridad alimentaria. Sin embargo, su reproducción clonal la hace vulnerable a plagas. Los investigadores ahora exploran cómo reintroducir genes de tomates o papas silvestres para mejorar su diversidad genética.
"Este descubrimiento no solo explica el pasado, sino que ayuda a enfrentar desafíos agrícolas actuales", destacó Tiina Särkinen, coautora del estudio y experta del Real Jardín Botánico de Edimburgo.
El estudio, que involucró a instituciones de China, Reino Unido y otros países, subraya cómo la ciencia genómica puede desentrañar historias evolutivas complejas y, al mismo tiempo, proteger cultivos clave para el futuro.