Científicos revelan cómo identificar una sonrisa falsa: Por qué los ojos revelan lo que la boca oculta

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José Ferrada 03-06-2025

Neurocientíficos explican cómo distinguir una sonrisa genuina de una falsa, y por qué nuestro cerebro detecta la diferencia incluso antes de que lo notemos conscientemente.


Los ojos, no la boca, revelan la autenticidad de una sonrisa, según expertos en anatomía facial y neurociencia. La clave reside en el músculo orbicular de los ojos, que solo se activa en las sonrisas de Duchenne —las genuinas—, creando las típicas "patas de gallo". Las sonrisas sociales o forzadas, en cambio, solo involucran los músculos de la boca, lo que las hace mecánicas y fácilmente detectables por nuestro cerebro.


Guillaume Duchenne, neurólogo francés del siglo XIX, descubrió que las sonrisas auténticas requieren la participación de dos grupos musculares: los que elevan las comisuras de la boca (como el cigomático mayor) y los que contraen suavemente los ojos. "El orbicular de los ojos no se activa a voluntad sin una emoción real detrás", explicó Michelle Spear, profesora de anatomía de la Universidad de Bristol, a través de The Conversation. Incluso los actores más talentosos necesitan recurrir a recuerdos emocionales para simularla con éxito.


El cerebro detector de mentiras


Estudios demostraron que los humanos —incluso bebés de diez meses— distinguen inconscientemente entre sonrisas verdaderas y falsas. Esta habilidad evolutiva, vinculada al giro fusiforme y al surco temporal superior del cerebro, nos ayudó a evaluar la confiabilidad de los demás. Hoy, sigue siendo crucial: las sonrisas sociales, aunque útiles para la cortesía, generan desconfianza cuando son demasiado evidentes.


El esfuerzo por mantener expresiones falsas —común en trabajos de servicio al cliente— puede causar estrés crónico y agotamiento emocional. Mientras, la inteligencia artificial lucha por replicar sonrisas convincentes, ya que sin la participación natural de los ojos, las expresiones digitales parecen artificiales.


"La próxima vez que intentes leer una sonrisa, no mires solo los labios", aconsejó Spear. "Los ojos rara vez mienten."