Científicos logran tratar tumores de melanoma avanzados con virus herpes modificado, en fascinante ensayo clínico


El tratamiento experimental RP1, combinado con inmunoterapia, mostró una respuesta significativa en un tercio de pacientes con melanoma metastásico. La FDA podría aprobarlo este mes tras revisión prioritaria.
Científicos transformaron el virus del herpes simple en un arma contra el cáncer, obteniendo resultados prometedores en pacientes con melanoma avanzado. La terapia RP1, desarrollada por Replimune Group, destruyó tumores en un ensayo clínico fase 1/2 presentado en el congreso de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO).
Un virus reprogramado para combatir el cáncer
El RP1 es una versión genéticamente modificada del virus del herpes que ataca selectivamente células cancerosas, liberando antígenos que activan el sistema inmunológico. En el estudio con 140 pacientes, los investigadores lo inyectaron directamente en tumores —incluyendo metástasis en pulmones e hígado— junto con el fármaco nivolumab (Opdivo).
Los resultados sorprendieron: 30% de los pacientes respondieron al tratamiento, con reducciones superiores al 30% en el tamaño de los tumores. En los casos más exitosos, hasta el 90% de las lesiones disminuyeron, incluso aquellas no inyectadas directamente. "Esto sugiere que la terapia genera una respuesta inmunitaria sistémica", explicó el oncólogo Gino Kim In de la Universidad del Sur de California, según reportó Science Alert.
El melanoma, quinto cáncer más común en adultos, presenta altas tasas de resistencia a tratamientos convencionales. La FDA, que ya aprobó en 2015 una terapia viral similar (Imlygic) para tumores cutáneos, acelera la revisión de RP1 con decisión prevista para el 22 de julio. Mientras tanto, un ensayo fase 3 con 400 pacientes busca confirmar estos hallazgos.
Para especialistas, este avance representa una nueva esperanza para quienes agotaron otras opciones terapéuticas. "Podría cambiar el paradigma de tratamiento en cánceres resistentes", destacó Kim In. La comunidad médica espera con expectativa los resultados definitivos que podrían convertir a un virus común en un aliado contra uno de los tumores más agresivos.