Científicos descifran el genoma de la rana corroboree, un tesoro biológico al borde de la extinción


Investigadores australianos completaron la secuenciación del ADN de este anfibio endémico, cuyo genoma triplica en tamaño al humano, buscando claves para salvarlo del hongo quítrido y el cambio climático.
Un equipo internacional logró un hito en conservación genética al secuenciar por primera vez el genoma completo de la rana corroboree, especie icónica australiana considerada funcionalmente extinta en estado silvestre. El proyecto, publicado en Wellcome Open Research, reveló que este pequeño anfibio de llamativas franjas amarillas y negras posee un genoma tres veces más grande que el humano, lleno de secuencias repetitivas cuyo significado aún desconcierta a los científicos.
Una década para descifrar un rompecabezas genético
La Dra. Tiffany Kosch de la Universidad de Melbourne lideró la investigación que requirió enviar muestras a -80°C desde Australia hasta Nueva York para su análisis. "Pertenece a una familia antigua que solo existe aquí, con unos 100 millones de años de evolución", explicó Kosch, The Guardian. El Laboratorio de Genomas de Vertebrados tardó diez años en ensamblar las piezas de este ADN excepcionalmente complejo.
Este mapa genético permitirá investigar por qué la especie es tan vulnerable al hongo quítrido, responsable de la declinación global de anfibios. Los científicos prueban ahora estrategias de cría selectiva y edición genética para aumentar su resistencia, aunque advierten que los resultados podrían demorar una década.
Esperanza frente a dos crisis planetarias
El Dr. Simon Clulow de la Universidad de Canberra destacó que el genoma ayuda a responder "preguntas clave para su supervivencia". La profesora Nicki Mitchell añadió que esta rana alpina, que solo sobrevive en charcas del parque nacional Kosciuszko gracias a programas de cautiverio, simboliza la doble amenaza del cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Aunque figura entre las 110 especies prioritarias de Australia, los expertos coinciden en que la financiación para conservación sigue siendo insuficiente frente a las más de 2.200 especies nativas en riesgo. Este avance genético, sin embargo, marca un camino crítico para rescatar no solo a la corroboree, sino a otros anfibios amenazados en todo el planeta.