Científicos crean dispositivo que revela colores imperceptibles para el ojo humano


Un prototipo llamado Oz estimula células retinales con láser para generar percepciones de color nunca antes experimentadas, incluyendo un enigmático tono "olo".
Por primera vez en la historia, humanos podrían haber visto colores que naturalmente existen fuera de nuestro espectro visual, gracias a un revolucionario dispositivo desarrollado por universidades estadounidenses. El prototipo Oz, creado por investigadores de UC Berkeley y la Universidad de Washington, manipula células retinales con láser para producir señales de color que el cerebro nunca procesa en condiciones normales.
El nacimiento de un nuevo color
El equipo liderado por James Fong logró aislar la estimulación de conos M (sensibles al verde) mediante pulsos láser precisos, generando una percepción bautizada como "olo" —un verde azulado de saturación imposible de replicar mezclando luces rojas, verdes y azules convencionales. "Es como si Dorothy en El mago de Oz pasara de ver en blanco y negro a un mundo de colores", explicó Fong, según reportó Science Alert. Tres participantes describieron tonalidades que no coincidían con ningún referente conocido, incluso al intentar recrearlas con herramientas digitales.
Más allá de los límites de la visión
El dispositivo aprovecha una limitación biológica: normalmente, los conos M nunca se activan de forma aislada porque su rango se superpone con los conos L (rojo) y S (azul). Oz rompe esta barrera al estimular células individuales en la periferia retinal, donde la densidad de conos permite mayor precisión. En pruebas, los sujetos reportaron ver líneas rojas brillantes y patrones giratorios sobre fondos "olo", experiencias visuales sin precedentes.
Aunque John Barbur, experto de la Universidad de Londres, cuestiona si realmente se crearon nuevos colores o solo se intensificaron existentes, el estudio publicado en Science Advances sugiere aplicaciones prometedoras: desde tratamientos para daltonismo hasta herramientas para mapear la visión a nivel celular. "Es el primer paso hacia el control programable de cada fotorreceptor", destacan los autores.
Mientras Oz se perfecciona, su existencia prueba que el universo cromático humano podría ser mucho más vasto de lo imaginado. Un recordatorio de que, incluso en lo cotidiano, la realidad esconde dimensiones que aún esperan ser descubiertas.