Científicos aseguran que el microbioma genital podría ser clave al momento de identificar agresores sexuales

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José Ferrada 13-02-2025

Investigadores australianos proponen usar las bacterias transferidas durante las relaciones sexuales como una herramienta forense para identificar agresores en casos donde no se detecta esperma.


Un estudio publicado en iScience revela que las bacterias genitales, transferidas durante el acto sexual, dejan huellas específicas que podrían usarse para identificar a los agresores en casos de violencia sexual. Los investigadores analizaron el gen 16S rRNA, único en bacterias, y encontraron que la firma bacteriana de una persona persiste en su pareja hasta cinco días después del contacto.


“Esta técnica podría ser crucial en casos donde no hay eyaculación o se usan métodos anticonceptivos de barrera”, explicó el Dr. Brendan Chapman, autor principal del estudio. En Australia, donde una de cada cinco mujeres ha sufrido agresión sexual, este método podría ampliar la ventana de detección más allá de las 24 horas en las que el análisis de ADN tradicional es más efectivo.


Limitaciones y potencial forense


Aunque prometedor, el rastreo bacteriano aún no está listo para su uso en tribunales. Los científicos necesitan perfeccionar la identificación de firmas bacterianas únicas y entender cómo varía el sexoma en ausencia de relaciones sexuales o durante el ciclo menstrual.


“El ADN siempre será la primera opción, pero este método podría ser un recurso de último recurso”, señaló el profesor Dennis McNevin, experto en genética forense. Sin embargo, advirtió que el análisis bacteriano es más costoso y especializado que las técnicas actuales.


Este avance abre nuevas posibilidades para la justicia, especialmente en casos donde otras pruebas son insuficientes. “Podría respaldar o contradecir testimonios cuando no hay evidencia de ADN”, concluyó McNevin, según reportó The Guardian.