Investigadores revelan por qué los pelirrojos tendrían diferentes umbrales de dolor

Isabel Hodge 05-04-2021
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Una nueva investigación dirigida por investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) proporciona información sobre por qué las personas y animales con cabello rojo exhiben una sensibilidad alterada a ciertos tipos de dolor.


Investigadores del Hospital General de Massachussetts (MGH) señalaron en una nueva investigación que las personas con cabello rojo (como así también animales con pelaje rojo), poseen células productoras de pigmentación de piel llamadas melanocitos las cuales contienen una forma variante del receptor de melanocortina 1.

Este receptor se encuentra en la superficie celular y si es activado por las hormas circulantes melanocortinas, hace que el melanocito cambie de generar pigmento de melanina amarillo/ rojo a producir pigmento marrón/negro.

Investigaciones previas demostraron una incapacidad que poseen las personas pelirrojas para broncearse y oscurece el pigmento de su piel, el cual es rastreado a variantes inactivas de este receptor.

Es por ello que el equipo utilizó ratones pelirrojos para investigar este mecanismo. Esta especie de roedor contiene una variante que carece de la función del receptor de melanocortina 1 y, además, exhibe umbrales de dolor más altos, al igual que los humanos.

El equipo descubrió que la pérdida de melanocortina 1 produce que los animales secreten niveles más bajos de POMC (proopiomelanocortina), la cual posteriormente se divide en diferentes hormonas, incluida la que sensibiliza el dolor y otra que lo bloquea.

Estiman que la presencia de estas hormonas mantiene un equilibrio entre los receptores de opioides que inhiben el dolor y los receptores de melanocortina 4 que mejoran la percepción del dolor.

Los ratones pelirrojos (y posiblemente los humanos) poseen bajos niveles en ambas hormonas, aparentemente se cancelan entre sí. Sin embargo, pese que el cuerpo también produce factores adicionales no relacionados con los melanocitos involucrados en el bloqueo del dolor, su efecto neto eleva el umbral del dolor.

“La comprensión de este mecanismo proporciona la validación de esta evidencia anterior y un reconocimiento valioso para el personal médico cuando atiende a pacientes cuya sensibilidad al dolor puede variar“, explicó David Fisher, director del Programa de Melanoma del Mass General Cancer Center y Director del Centro de Investigación de Biología Cutánea del MGH.

El estudio fue publicado en la revista Science Advances