¿No te gusta el brócoli? Las culpables serían unas bacterias que viven en tu lengua

Isabel Hodge 23-09-2021
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Puede ser su fuerte olor o ese amargo sabor, pero el brócoli, la coliflor y los brotes de bruselas son los alimentos menos favoritos de los niños -y algunos adultos-. El análisis descubrió que la tolerancia a ellos se adquiere con la edad, especialmente para quienes aman los alimentos amargos y picantes.


Una de las grandes batallas entre padres e hijos ocurre a la hora de intentar que se coman sus verduras, especialmente las que pertenecen a la familia Brassica: los brotes de bruselas, brócolis y coliflor. Esto, porque si bien son extremadamente saludables, expelen un olor peculiar que no es muy agradable, sin mencionar su sabor.

Se cree que su amargo sabor está relacionado con su alta concentración de glucosinolatos: cuando le damos un gran mordisco a uno de estos alimentos, esas moléculas se convierten en un químico llamado isotiocianato, el cual es responsable del peculiar sabor que, a veces, es difícil de tragar.

Entonces, si ya conocemos que esto ocurre, una nueva investigación nos entrega más detalles de este proceso y una pequeña ayuda para superarlo.

Los científicos del Csiro de Australia se adentraron literalmente en las bocas de las personas y descubrieron que las bacterias presentes en la lengua -cada personas puede tener diferentes niveles de bacterias- se mezclan con un compuesto presente en las brassicas, s-metil-l-cisteína sulfóxido (SMCSO), el cual produce estos olores sulfurosos.

Para llegar a ello, el equipo reclutó a 98 pares de padres con hijos y les tomó muestras de sus salivas, las cuales se mezclaron con polvo de coliflor y analizaron los gases volátiles posteriormente producidos.

“Básicamente, este gas está asociado con los olores de los pedos y los olores de los animales descompuestos. Creo que sería bastante asustadizo para niños si estás recibiendo mucho de este sabor de azufre extraño en tu boca”, indicó Damien Frank, autor principal del estudio, en un comunicado publicado en American Chemical Society.

Los resultados, presentados en Journal of Agricultural and Food Chemistry, evidenciaron que tanto los padres como los hijos compartían microbiomas orales similares, por lo que los niveles de gases volátiles eran parecidos.

Sin embargo, pese a que a los niños les disgustaba mucho más comer estas verduras, los padres que poseían un perfil de consumo de alimentos más amargos y picantes toleraron los alimentos.

Así que si quieres que tus hijos se coman sus verduras, sé paciente, ya que aprenderán potencialmente a apreciar, o incluso disfrutar, el brócoli o coliflor, independiente de sus niveles de microbioma oral.