Investigadores señalan que la espinaca posee un componente clave para crear carne cultivada en laboratorio

Isabel Hodge 01-04-2021
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Los científicos señalan que este proceso es más ecológico que versiones anteriores, ya que utilizan solo una fracción de agua y energía en comparación de la producción convencional. Además, explican que es una alternativa viable y evita la crueldad hacia los animales.


Cada vez la carne cultivada se perfila como una alternativa más viable en comparación a la agricultura tradicional, sin embargo, para los científicos anunció hay detalles por resolver en término de producirlas.

Es por ello que científicos del Boston College desarrollaron una nueva tecnología que es más ecológica, en la cual utilizan el esqueleto venoso de las hojas de espinaca, con el objetivo de apoyar el crecimiento de la proteína animal.

La producción de carne cultivada en laboratorio utiliza solo una fracción del agua y energía de la producción de carne convencional, además evita la crueldad hacia los animales y reduce significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Para eliminar por completo los productos animales del proceso no es exactamente sencillo. Ya que por ejemplo, la carne de res cultivada se creó mediante la recolección sin dolor de células mutuales de una vaca, que luego de alimentaron y nutrieron para que se multiplicara y forzara el tejido muscular.

Un diagrama que representa el proceso de siembra de células bovinas en una estructura de hoja de espinaca para producir carne cultivada en laboratorio.Foto: Boston College.

Pero, para que esto imite la textura de una carne real, las células necesitan tener un soporte estructural para prosperar. 

Para solucionar esta problemática el equipo logró cautivar tejido cardiaco humano utilizando una estructura provenientes de las hojas de espinaca. Las células se mantuvieron viables por 14 días antes de diferenciarse en masa muscular.

Explican que volvieron a probar su eficacia, pero con vacas, donde las hojas fueron despojadas de sus células vegetales para dejar una red vascular con un sistema circulatorio que promovía el crecimiento del tejido.

El estudio fue publicado en la revista Food Bioscience.