Expertos recomiendan que las personas que sufren de arterias periféricas deben ejercitarse, a pesar del dolor que produce

Isabel Hodge 07-04-2021
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Esta enfermedad genera una obstrucción en las arterias que detienen el flujo de sangre en las piernas, por lo que caminar o realizar ejercicios de baja intensidad produce un intenso dolor isquémico. Para la autora principal del estudio “el ejercicio es la terapia no invasiva más eficaz para mejorar la marcha en personas con EAP”.


Aproximadamente 8,5 millones de personas en Estados Unidos y alrededor de 250 millones en el mundo padecen la enfermedad de arterias periféricas de las extremidades inferiores (EAP, en sus siglas en inglés).

Estas personas padecen de una obstrucción en las arterias que ralentiza o detiene el flujo de sangre en las piernas. Como resultado, tienen dolor y dificultad para caminar, incluso distancias cortas. Actualmente existen pocas terapias para tratarlo.

Para las personas que sufren con EAP, caminar o hacer ejercicio representa un intenso dolor isquémico en las piernas (causado por el restringido flujo sanguíneo), sin embargo, un nuevo estudio realizado por Northwestern Medicine señaló que realizar actividades físicas mejora el rendimiento de caminata.

En el ensayo participaron 305 personas y se les entregó de manera aleatoria la intensidad de rutas físicas, es el primero en evidenciar que un programa de ejercicios para caminar en el hogar mejoró la capacidad para caminar en personas con esta enfermedad.

“Hemos demostrado que hay que caminar para provocar dolor isquémico en las piernas y obtener los beneficios. El ejercicio es la terapia no invasiva más eficaz para mejorar la marcha en personas con EAP”, señaló la Dra. Mary McDermott, profesora de medicina en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern e investigadora principal del estudio.

Si bien el ensayo no identificó los cambios biológicos que conducen a una mejora en la marcha, señalan que las molestias disminuirán con el tiempo y eventualmente las personas podrían caminar sin molestias.

“Quizás para las personas con EAP, el ejercicio promueve el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos pequeños en sus músculos“, agregó McDermott.

El estudio fue publicado en la revista JAMA.