Especialistas en la “teoría del juego” estadounidenses se llevan el Premio Nobel de Economía

Futuro 360 13-10-2020
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Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson se llevaron el último galardón por sus avances en el área teórica de las ciencias económicas. Sin embargo, detractores aseguran que el hallazgo de los expertos no tiene un real impacto en la vida cotidiana de las personas.


El premio Nobel de Economía fue entregado a dos especialistas teóricos del juego de Estados Unidos, 26 años después de que John Nash –  el académico de Princeton interpretado por Russell Crowe en la película “Una mente brillante” (2001) – ganara el galardón por un impresionante trabajo sobre la misma materia. 

Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson ganaron por el diseño de modelos matemáticos que promueven “mejoras a la teoría de las subastas e inventar nuevos formatos para las mismas”, según explicó Göran K. Hansson, secretario general de la Real Academia de Ciencias Suecas. 

Los galardonados recibieron 10 millones de Coronas que equivalen aproximadamente $US 1 millón.

La teoría de las subastas, la cual es una rama de la teoría del juego, fue desarrollada a finales de los ’70 luego de que un grupo de investigadores decidiera construir modelos matemáticos que pudieran presentar incentivos e información a los procesos de licitación, para así mantener un mercado justo y prevenir la colusión de las partes involucradas. 

Se volvió prominente en el Reino Unido a principios del siglo XIX, cuando el gobierno de la nación británica obtuvo la mayor cantidad de dinero de compañías privadas, a través de penalizaciones a los proveedores telefónicos en el marco del cambio al nuevo espectro de las comunicaciones móviles. 

Sin embargo, hay miradas críticas con respecto al galardón. El economista David Blanchflower, un ex legislador del Banco de Inglaterra aseguró a The Guardian que el premio falló “en premiar a personas que hayan soluciones a situaciones de la vida real y no a pequeños juegos económicos”.

“El Premio Nobel en economía va nuevamente a un par de viejos hombres blancos que publicaron garabatos matemáticos esotéricos hace muchos años y que no tienen un impacto directo en la vida de las personas ordinarias. Su trabajo no mejora la situación del hombre o la mujer promedio”, concluyó el experto.