Crean un marcapasos inalámbrico que se disuelve en el cuerpo cuando ya cumplió su función

Futuro 360 29-06-2021
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Los científicos de la Universidad Northwestern diseñaron este dispositivo para los pacientes que requieren ayuda temporal. “Supera las desventajas de los aparatos tradicionales al eliminar la necesidad de cables percutáneos (…) lo que ofrece la posibilidad de reducir costos y mejorar resultados”, explicó el autor principal.


La tecnología cumple un rol vital a la hora de mejorar la salud y salvar vidas. Ahora, científicos de la Universidad Northwestern decidieron ayudar a las personas con problemas al corazón y crearon un marcapasos inalámbrico que se disuelve en el cuerpo.

En un comunicado de prensa los especialistas detallaron que el dispositivo totalmente implantable no requiere de baterías y puede ser “absorbido naturalmente en los biofluidos del cuerpo cuando ya no sea necesario en el transcurso de cinco a siete semanas”.

A diferencia de los marcapasos permanentes, este innovador aparato está diseñado para los pacientes que necesitan ayuda temporal para regular sus latidos, tal como en el caso de las personas que se sometieron a una cirugía a corazón abierto.

El equipo dijo que su aparato recoge energía a través de una antena remota, eliminando la necesidad de baterías. Asimismo, afirmaron que podría reducir los riesgos de infección, coágulos sanguíneos y tejidos dañados que suelen ocurrir cuando los médicos retiran los marcapasos temporales.

“Supera las desventajas clave de los dispositivos temporales tradicionales al eliminar la necesidad de cables percutáneos para los procedimientos de extracción quirúrgica, lo que ofrece la posibilidad de reducir los costos y mejorar los resultados”, señaló el autor principal John Rogers.

Rogers detalló que sus marcapasos inalámbricos pesan menos de medio gramo y están fabricados con materiales como el magnesio, tungsteno, silicio y un polímero llamado PLGA. El cuerpo humano sufre reacciones químicas que les permiten a estos elementos disolverse y absorberse con el tiempo.

El equipo probó el dispositivo, cuyo valor rondaría los US$1oo (cerca de $72 mil), en cortes de corazón humano, además de en perros y roedores vivos. Los detalles de la investigación fueron publicados en la revista científica Nature Biotechnology.