Chile y la carrera por el hidrógeno verde: ¿Sueño realizable o desafío titánico?

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José Ferrada 02-07-2025

El país aspira a ser líder mundial en la producción de este combustible limpio, pero enfrenta obstáculos técnicos, económicos y de competitividad.


Chile se posicionó como uno de los pioneros en la apuesta por el hidrógeno verde, un combustible limpio que podría transformar su matriz energética y reducir su dependencia de los recursos naturales. Con una Estrategia Nacional lanzada en 2020, el país busca producir el hidrógeno más barato del mundo para 2050, aprovechando su excepcional potencial en energías solar y eólica. Sin embargo, expertos advierten que el camino está plagado de desafíos, desde costos elevados hasta incertidumbre en la demanda global.


El potencial chileno y los desafíos


Chile cuenta con ventajas únicas: el norte tiene la mayor radiación solar del mundo, mientras que el sur posee vientos ideales para generación eólica. Según el Ministerio de Energía, el hidrógeno verde podría contribuir a reducir entre 25% y 27% de las emisiones globales para 2050. No obstante, el costo de producción —actualmente entre 3 y 5 dólares por kilo— aún dista de la meta de 1.5 dólares que lo haría competitivo frente a los combustibles fósiles.


Un informe de McKinsey (2023) proyectó que Chile no lograría bajar de 2 dólares por kilo, lo que cuestiona su viabilidad comercial. Además, la tecnología de electrolizadores —clave para producir hidrógeno— no ha reducido su precio tan rápido como se esperaba. "Hay que recalibrar las expectativas", admitió un experto, señalando que la meta de 5 gigawatts de capacidad para 2030 probablemente no se cumplirá.


Proyectos en marcha y dudas pendientes


El gobierno identificó dos polos de desarrollo: el norte, enfocado en energía solar, y Magallanes, donde el viento permitiría producir combustibles sintéticos. Proyectos como HIF Global ya están en evaluación ambiental, con inversiones que podrían rivalizar con la minería. Sin embargo, persisten dudas sobre la infraestructura necesaria, el impacto ambiental y la capacidad de Chile para escalar la industria a tiempo.


Aunque el Plan de Acción 2023-2030 incluye 81 medidas para impulsar el sector, especialistas piden cautela. "Es un mercado en desarrollo, con incertidumbres sobre quién demandará el producto y a qué precio", explicó un analista. Para Chile, el desafío no solo es técnico, sino también político: mantener una estrategia de Estado que trascienda los cambios de gobierno.


Mientras el mundo avanza hacia la descarbonización, Chile juega sus cartas para no quedarse atrás. Pero el éxito dependerá de su capacidad para superar barreras que, por ahora, parecen más grandes que el optimismo inicial.