Carnes vegetales enfrentan estigma de "ultraprocesadas" pese a beneficios climáticos y a la salud


Expertos en nutrición urgen reevaluar su valor: reducen hasta 98% de emisiones, pero la percepción de insalubridad frena su adopción masiva.
(CNN) - Las carnes de origen vegetal enfrentaron una desaceleración en su crecimiento pese a sus ventajas ambientales comprobadas, según análisis de mercado. El principal obstáculo fue su clasificación como alimentos ultraprocesados, generando escepticismo entre consumidores y profesionales de la salud.
La paradoja ambiental vs. nutricional
Estudios del Good Food Institute confirmaron que sustituir una hamburguesa bovina por su versión vegetal redujo emisiones de CO₂ en 98% y uso de suelo en 97%. Pese a esto, "médicos y nutricionistas mostraron reticencia al recomendar estas alternativas por su procesamiento industrial", señaló Roberta Alessandrini, directora de PAN International.
Esta cautela chocó con la urgencia climática: la FAO proyectó un aumento del 52% en la demanda global de carne para 2050. El Dr. Walter Willett, epidemiólogo de Harvard, argumentó que "cualquier reducción de carne animal beneficia la salud planetaria, y estos productos merecen evaluación individual".
Reformulando la percepción
Críticas por alto contenido en sodio y grasas saturadas impulsaron cambios. Beyond Meat reemplazó aceite de coco por aguacate, reduciendo grasas saturadas a 1-2 gramos por porción. Impossible Foods recortó un 25% estas grasas en sus productos estrella. Un estudio de Stanford descubrió que consumidores de carnes vegetales presentaron "niveles más bajos de colesterol LDL y menor peso corporal" versus quienes comían carne animal.
El desafío tecnológico radicó en imitar texturas y sabores sin comprometer beneficios. "Aunque requieren extrusión o impresión 3D, no replican los daños de otros ultraprocesados", defendió Joy Bauer, asesora de Beyond Meat. Sistemas como el etiquetado australiano "Health Star Rating" ya incentivaron reducciones del 20% en sodio.
Pendientes: accesibilidad y transparencia
Willett destacó dos barreras clave: precios elevados respecto a la carne convencional y necesidad de mayor claridad nutricional. "Estos productos deben ser económicamente competitivos para lograr impacto global", afirmó. Nutricionistas recomendaron verificar etiquetas priorizando opciones con menos de 1 mg de sodio por caloría y grasas saturadas inferiores al tercio del total lipídico.
La industria respondió: el 75% de las alternativas actuales superaron en fibra a la carne animal y equipararon su proteína, aunque aún superan en sodio a opciones como el pavo. Su evolución continuará definiendo si logran convertirse en aliados tanto de la salud humana como del planeta.