Astrónomos descubren gigantesca nube molecular "invisible" cerca de la Tierra

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José Ferrada 28-04-2025

La estructura, bautizada Eos en honor a la diosa griega del amanecer, permaneció oculta por décadas debido a su composición atípica y podría revelar secretos sobre el nacimiento de estrellas.


(CNN) - Un equipo internacional de astrónomos detectó una colosal nube molecular hasta ahora invisible que flota en las inmediaciones de nuestro sistema solar. Publicado en Nature Astronomy, el hallazgo de esta estructura —con una masa 3,400 veces mayor que el Sol y un tamaño equivalente a 40 lunas llenas— desafió los métodos convencionales de observación astronómica.


El secreto de su invisibilidad


La nube, denominada Eos, escapó a la detección durante décadas porque carecía de suficiente monóxido de carbono, el compuesto que usualmente delata estas formaciones. "Estaba literalmente en nuestro patio cósmico", admitió Thomas Haworth, coautor del estudio de la Queen Mary University of London. El equipo la identificó al analizar datos ultravioleta del satélite coreano STSAT-1, donde detectaron la fluorescencia del hidrógeno molecular, un marcador que los telescopios tradicionales ignoraban.


Blakesley Burkhart, líder de la investigación de la Universidad Rutgers, explicó que Eos "brillaba en la oscuridad" gracias a esta emisión ultravioleta. Su proximidad —solo 300 años luz— la convierte en la nube molecular conocida más cercana a la Tierra, según Melissa McClure de la Universidad de Leiden, quien no participó en el estudio.


Un laboratorio cósmico único


El descubrimiento ofrece una oportunidad sin precedentes para estudiar los procesos que dan origen a estrellas y planetas. "Ahora podemos medir directamente cómo se transforma el gas interestelar en sistemas solares", destacó Burkhart. Los investigadores sospechan que muchas otras nubes similares podrían permanecer ocultas, reescribiendo nuestro mapa del vecindario galáctico.


Este hallazgo fortuito, comparado por McClure con "descubrir un búnker bajo un solar vacío en tu barrio", demuestra que incluso lo más cercano puede guardar sorpresas cuando se observa con nuevos ojos —o en este caso, con una nueva longitud de onda—.