Astrónoma chilena detecta por primera vez emisión de radio en un planeta gigante en formación

La investigación indica que la emisión de radio se origina por colisiones entre electrones e iones en la superficie del disco gaseoso que rodea al planeta. El impacto del material que cae sobre el planeta ioniza el gas y genera un halo brillante, revelando que el ambiente está empobrecido en polvo, al menos mil veces más de lo que se esperaba.
Un avance científico sin precedentes sitúa a la astronomía chilena en el centro de los descubrimientos planetarios. La estudiante Oriana Domínguez-Jamett, de la Universidad de Chile, lideró la identificación de la firma radial del crecimiento de un planeta gigante utilizando el observatorio ALMA. El hallazgo permitió determinar el origen de la misteriosa emisión de radio proveniente de un protoplaneta, un fenómeno que hasta ahora era un enigma.
El estudio, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, confirma que el planeta en formación PDS 70c, ubicado a 370 años luz, emite ondas de radio no debido al polvo, sino al gas ionizado que lo rodea. Este descubrimiento desafía las teorías previas sobre el crecimiento planetario y entrega nuevas claves sobre este proceso fundamental.
El equipo empleó las Bandas 3, 4 y 7 de ALMA para detectar una fuente compacta asociada a PDS 70c, mientras que la emisión desaparecía en frecuencias más altas (Banda 9). Esta caída abrupta del brillo contradice el modelo de polvo térmico, situando al gas ionizado como protagonista principal.
La investigación indica que la emisión de radio se origina por colisiones entre electrones e iones en la superficie del disco gaseoso que rodea al planeta. El impacto del material que cae sobre el planeta ioniza el gas y genera un halo brillante, revelando que el ambiente está empobrecido en polvo, al menos mil veces más de lo que se esperaba.
Hasta ahora, el mecanismo de emisión radial en discos circumplanetarios era un misterio. Con este hallazgo, se identifica por primera vez la fuente y naturaleza de la emisión, estableciendo un precedente para futuras exploraciones astronómicas.
Según Oriana Domínguez-Jamett, la señal corresponde a gas ionizado calentado por choques, y no a un disco de polvo tradicional, lo que abre nuevas perspectivas sobre cómo crecen los planetas gigantes gaseosos y cómo se forman sus posibles satélites.
El profesor Simón Casassus, coautor y académico de la Universidad de Chile, destacó el papel de ALMA para revelar procesos invisibles en el nacimiento de mundos. Por su parte, John Carpenter, científico jefe de ALMA, señaló que poder distinguir entre polvo y gas en observaciones directas transforma la comprensión sobre la formación planetaria.
Los resultados permiten conocer mejor la temperatura, densidad y estado de ionización en los entornos de planetas nacientes y consolidan la capacidad de ALMA para estudiar etapas avanzadas del crecimiento planetario, reforzando la colaboración internacional en astronomía a través de consorcios globales.