Alimentos ultraprocesados: El obstáculo oculto para perder peso

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José Ferrada 13-08-2025

Un nuevo estudio reveló que incluso las versiones "saludables" de estos productos sabotearon la pérdida de peso frente a opciones mínimamente procesadas con idéntico perfil nutricional.


Investigadores de Reino Unido y Estados Unidos analizaron datos de 50 personas con sobrepeso que siguieron dos dietas distintas en períodos separados. Ambas dietas contenían cantidades idénticas de grasa total, grasas saturadas, carbohidratos, fibra, sal, frutas y verduras. La diferencia crucial fue que una dieta utilizó alimentos ultraprocesados (AUP) -como barritas de avena y lasañas precocinadas- y la otra se basó en alimentos mínimamente procesados (AMP) -como avena remojada y espaguetis boloñesa caseros-.


Los resultados fueron claros: aunque ambas dietas provocaron pérdida de peso, la dieta mínimamente procesada duplicó la efectividad. Los participantes perdieron, en promedio, el doble de peso con la dieta AMP (2%) que con la dieta AUP (1%). Además, la dieta AMP se asoció con una mayor pérdida de grasa corporal poco saludable y los participantes reportaron un mejor control sobre los antojos de comida poco saludable. "Investigaciones anteriores vincularon los alimentos ultraprocesados con malos resultados de salud", recordó Samuel Dicken, científico clínico del University College London (UCL), coautor del estudio publicado en Nature Medicine.


Implicaciones a Largo Plazo


Aunque las reducciones de peso parecieron modestas en las ocho semanas que duró cada fase dietética, los investigadores enfatizaron su potencial acumulativo. Según reportó Science Alert, Dicken explicó: "Si extrapoláramos estos resultados a lo largo de un año, esperaríamos una reducción de peso del 13% en hombres y 9% en mujeres con la dieta mínimamente procesada, frente a solo 4% en hombres y 5% en mujeres con la ultraprocesada". El estudio, aunque limitado en tamaño y duración, aportó evidencia sólida sobre cómo el grado de procesamiento afecta resultados clave como el peso y la composición corporal, más allá de los nutrientes.


Chris van Tulleken, investigador de la UCL, contextualizó el hallazgo: "El sistema alimentario global impulsa la mala salud y la obesidad, particularmente por la amplia disponibilidad de alimentos poco saludables y baratos". El estudio subrayó que el mero procesamiento industrial, incluso cuando el contenido nutricional parece adecuado, puede socavar los esfuerzos por controlar el peso y mejorar la salud metabólica.