Adolescente desarrolla "pulmón de cabritas" por vapeo: El peligro oculto de los sabores artificiales

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José Ferrada 29-04-2025

Una joven estadounidense sufrió daño pulmonar irreversible tras tres años de vapeo, reviviendo los riesgos del diacetilo, químico que en los 2000 enfermó a trabajadores de fábricas de cabritas.


El diagnóstico de bronquiolitis obliterante en una adolescente estadounidense encendió las alarmas médicas: el vapeo le causó "pulmón de cabritas", una condición irreversible que cicatriza las vías respiratorias. El caso, reportado recientemente, evidenció cómo los saborizantes aparentemente inocuos en los cigarrillos electrónicos pueden transformarse en toxinas al calentarse, replicando los peligros que enfrentaron trabajadores de plantas de cabritas hace dos décadas.


Química engañosa: De alimento a amenaza


El diacetilo, responsable del sabor mantecoso en cabritas y algunos líquidos de vapeo, se vuelve tóxico al inhalarse. Este compuesto daña los bronquiolos —las ramificaciones más finas de los pulmones— causando tos crónica, fatiga y dificultad para respirar. Aunque algunos fabricantes lo eliminaron, sustitutos como el acetoino podrían ser igualmente peligrosos. "Lo seguro para ingerir no lo es para inhalar", explicó un neumólogo consultado.


La paciente, cuyo nombre se reservó, usó dispositivos de vapeo con saborizantes dulces durante tres años antes de desarrollar síntomas graves. Su caso recordó la crisis de Evali en 2019, que hospitalizó a 2.800 personas en EE.UU. por acetato de vitamina E en vapeadores de cannabis.


Regulación urgente y riesgos ocultos


Estudios recientes vinculan el vapeo juvenil con problemas respiratorios, independientemente del consumo de tabaco. Más de 180 compuestos saborizantes en estos productos pueden degradarse en sustancias nunca testeadas para inhalación. "Necesitamos etiquetados claros y pruebas de seguridad", demandó un investigador de salud pública, según escribieron expertos en The Conversation.


Mientras la industria crece, expertos advierten que sin medidas estrictas, más jóvenes sufrirán daños permanentes. El caso de la adolescente subraya una verdad cruda: lo que huele a golosina puede esconder un riesgo letal para los pulmones.