"Adam", el anticonceptivo masculino que promete revolucionar la planificación familiar


Un implante no hormonal demostró eficacia durante dos años en ensayos clínicos, ofreciendo a los hombres una alternativa reversible a métodos tradicionales.
Un pequeño hidrogel implantable podría cambiar el futuro de la anticoncepción masculina. La compañía Contraline presentó resultados prometedores de "Adam", su anticonceptivo no hormonal que bloquea los conductos deferentes durante al menos 24 meses sin efectos adversos graves. El implante, comparado por sus creadores con "un DIU para hombres", se coloca en un procedimiento de 10 minutos con anestesia local y está diseñado para degradarse con el tiempo, restaurando la fertilidad.
"Tenemos la primera prueba de que un método masculino reversible y duradero es posible", afirmó Kevin Eisenfrats, CEO de Contraline, según reportó The Guardian.
Los datos preliminares de 25 participantes muestran que el semen de dos usuarios no contenía espermatozoides tras dos años, aunque aún faltan estudios sobre su reversibilidad. La empresa planea iniciar una fase 2 del ensayo en Australia con hasta 50 voluntarios.
Un avance con preguntas pendientes
Expertos como Richard Anderson (Universidad de Edimburgo) celebran el hallazgo: "Es impresionante que funcione". Sin embargo, advierten sobre la falta de datos publicados en revistas científicas y la incógnita sobre cómo y cuándo se recupera la fertilidad. Jon Oatley (Universidad Estatal de Washington) añade otra preocupación: "Bloquear los conductos deferentes podría tener efectos a largo plazo desconocidos".
Mientras Contraline desarrolla un sistema de "reversión bajo demanda" —que incluiría tests caseros de esperma—, Oatley duda sobre su aceptación masiva: "Muchos preferirían una píldora antes que un implante quirúrgico". Pese a esto, Adam representa un hito en un campo históricamente olvidado: la primera generación de anticonceptivos masculinos duraderos y no hormonales está cada vez más cerca.
Con el 40% de los embarazos a nivel mundial aún no planeados, según la OMS, este avance podría equilibrar la responsabilidad en la planificación familiar. Pero primero debe superar el escrutinio científico y cultural que determinará si los hombres están listos para esta revolución.